lunes, 22 de octubre de 2012

Saint Seiya Omega 1ª Temporada

¿Cosmos más elementos?

Finalmente tuve un hueco para ver lo que equivaldría a la primera temporada de Saint Seiya Omega: del capítulo 1 al 27.

En la serie se nos presenta a Koga, quien desde niño ha estado al cuidado de Saori y bajo la tutela de Shaina. El destino de Koga es ser el futuro nuevo caballero de Pegaso, pero, ¿por qué? 

Un buen día, Mars, el dirigente de los marcianos, ataca a Saori, llevándosela consigo y Koga decide ir a Palestra, donde ahora se entrenan a los nuevos caballeros. Allí hará buenas migas con Ryuho (el hijo de Shiryu), Soma, Yuna y en un futuro Haruto.

La cosa es que en Palestra llega una Atenea que resulta no ser la auténtica. En realidad se trata de Aria, una misteriosa chica que tiene una luz muy parecida a la de Koga y ha sido criada por Mars para ser la nueva Atenea. Cuando Mars desata sus planes, Koga y sus amigos deciden comenzar su viaje para detenerle.

Todos los episodios gozan de combates, en los que podemos nuevos ataques, pues ahora cada santo esta caracterizado por un elemento que le representa (luz, agua, tierra, fuego, viento y trueno). Aparecen nuevos caballeros que ocupan el lugar de los desaparecidos de oro, así como de plata, los cuales en realidad no son muy diferentes en carácter a sus antecesores.

Lo que si tenemos es la reaparición de los antiguos santos de bronce: Seiya como nuevo santo de oro de Sagitario, Shun, Hyoga y Shiryu, quienes por lo visto no pueden luchar por una enfermedad que les transmitió Mars en su primer combate. También aparecen nuevos santos dorados, que ahora resulta que sirven fielmente a Mars desde un principio. Y curiosamente, el único santo de oro auténticamente reconocido como tal es Seiya.

Está claro que esta serie de Saint Seiya tiene bien poco. Unos personajes más que shonen son bishonen, unas transformaciones al ponerse las armaduras al puro estilo de una serie de magical girls y una gran incoherencia con lo que se refiere a la serie auténtica, pues hasta el último capítulo de esta primera parte no encontramos la auténtica esencia de los combates de Saint Seiya.

Y sin ir más lejos, armaduras han sido degradadas de categoría, como es el caso del Águila de Yuna o la Orión de Eden, las cuales han sido rebajadas de plata a bronce. Del mismo modo que personajes secundarios que no aparecen, como es el caso de Nachi, Ban o Marin, cuando si hacen aparición Geki (como maestro de Palestra), Ichi (quién no sabe usar ningún elemento) o Jabu, que haría se dedica a la cría de caballos.

Yo no sé como lo veis vosotros, pero o mejora en su segunda parte cuando vayan al nuevo Santuario, o esta serie tiene poco que ofrecer a los auténticos fans de la serie.

Lo mejor: la reaparición de antiguos personajes
Lo peor: la historia y los nuevos santos

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